Recuerdo coger un tren de Copenhage a Aalborg. Era un intercity pequeño (exactamente
este modelo) compuesto por tres vagones: adultos no fumadores, adultos fumadores (fue hace años) y vagón con niños. No quedaba sitio en el vagón de no fumadores, así que pedí plaza en el de niños asumiendo que llegaría con la cabeza como un bombo pero al menos sin apestar a humo. El caso es que no era un vagón normal lleno de niños berreando y dando el coñazo, sino que en la parte final se habían retirado asientos y estaba habilitada como parque infantil con cosas para que jugaran y estuvieran entretenidos. En cada parada los niños se descalzaban nada más subir y salían pitando con ganas hacia la zona de juegos donde se dedicaban a lo suyo. En fin, una más de esas cosas por las que los países nórdicos resultan adorables.
Que los bebés se dejan en la calle cuando se va a hacer recados ya lo conocía. Mientras aquí con la neura si vemos a un tío haciendo fotos en el parque infantil.
Salu2!