El robado me parece perfecto, pero en esta ocasión el procesado, más pictórico que fotográfico, no me acaba de convencer; claro que es una opinión muy personal sin saber lo que busca el autor. Creo que se ha optado por un pseudo draganizado para conseguir la fuerza de los retratos a que nos tiene acostumbrado su creador Andrzej Dragan, y ha estado cerca, pero se han remarcado algunos halos característicos en este tipo de procesados, visibles en el recorte del torso contra el muro.
No obstante, como digo, es una apreciación personal que no tiene por qué coincidir en nada con la del autor. Por lo demás, un retrato con fuerza por si sólo.
