Yo así lo había entendido

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El argumentario para defender las excelencias de una cámara Leica a precios de angula de Aguinaga, ya sea con sensor color o BN, que lo mismo da, se desmonta desde el preciso instante en que alguien aparece con una sencilla fotografía tomada con cualquier otra cámara del mercado digital actual -la OM-D, por ejemplo, que tan de moda está- y, Oh Dioses del Olympo!!! (y esto no va con segundas), es incluso más buena (si se me permite usar este término, poco descriptivo y menos preciso pero fácilmente entendible por la mayoría) a pesar de no tener ni sus ISOS, ni sus RD, ni cualquier otro parámetro técnico que queramos añadir a la lista. Por tanto, desmontado el argumento justificativo de la calidad vs. precio, sólo queda el del culto al que hacía referencia en mi anterior entrada y sobre este no hay mucho que rebatir porque ya entramos en el terreno de los gustos personales -caprichos lo definiría alguno-, siempre subjetivos y nunca racionales, sobre los que cada cual es dueño y señor.