
Ante las supuestas ofensas que dice sufrir el compañero Juankinki por mi comportamiento en un reciente debate, quiero someter a juicio de moderadores del foro y demás compañeros lo siguiente:
En mi opinión, este foro que se basa fundamentalmente en subir fotos para que otros las comenten, es demasiado ligth. Prácticamente los comentarios son siempre favorable y cuando se pone alguna ligera pega a una fotografía siempre se insiste y se deja bien claro la coletilla de “es una opinión personal…” Suele decirse que la letra con sangre entra; no es que yo abogue por la vuelta de tiempos pasados, ni mucho menos, pero me pregunto si esta laxitud, este culto a lo políticamente correcto no será igual de pernicioso.
Voy a contar una experiencia personal: en un blog que frecuento hay un personaje, supuestamente francés, que lo visita y participa de vez en cuando, tiene largas temporadas de ausencia y cortas de intensa actividad. Es bastante brillante aunque extremadamente agresivo. Hace poco reapareció y, como es su costumbre mantuvo una agria polémica con uno de los foreros. Finalmente se despidió con un pequeño manifiesto que someto a la consideración de este foro; dice así:
Al vigilante del blog, al que tanto parecen asustarle los insultos y las discusiones violentas. Deberías pasearte un poco por internet, fuera de esta pequeña parcela. Hay blogs literarios muy serios, como el del novelista, biógrafo, ensayista, crítico literario y editor Pierre Assouline aquí en Francia, en los que no existe la mínima censura y que pasan con frecuencia de los 1.000 comentarios por texto del dueño (que suelen ser publicados cada 3 o 4 días). ¿Qué sucede en ellos? Pues que hay a veces discusiones homéricas donde todos los insultos y toda la violencia verbal posibles son utilizados, donde todas las ideas son defendidas, incluidas algunas racistas y antisemitas (y Assouline es judío). El propio propietario es criticado, a veces duramente, en él. Y también baja al ruedo a discutir. ¿Y qué pasa entonces, tras tantas crisis de furor bloguero? Pues nada. Nadie se asusta, nadie huye, nadie pone el grito en el cielo ante tanta ferocidad, tanto exabrupto, tanta vehemencia. Al día siguiente la vida sigue igual, se sigue discutiendo, se sigue dialogando, se sigue comentando. Es verdad que estamos en el país de los panfletarios más feroces, el de Saint-Simon, de Joseph de Maistre, de Bloy, de Céline. El resultado final es que el de Assouline es el blog literario más importante de Francia desde hace muchos años, el más vivo, el menos aburrido, el más visitado, el más influyente. Hace unos años Assouline publicó incluso un libro con los mejores comentarios de su célebre blog.
Conclusión: igual que la censura y lo políticamente correcto llevan al letargo e in fine al fracaso, la libertad total lleva a la polémica y al éxito.
Debo añadir que este usuario, durante sus largas temporadas de ausencia, es añorado y reclamado por muchos de los que allí participan.